Hijos y nietos han tomado el relevo en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero, según los datos hechos públicos por el INE, que revelan que, a uno de enero de 2009, sólo un 38% de los inscritos nació en territorio español. Salvo en tres autonomías -Extremadura, Castilla-La Mancha y Murciaen el resto es mayor el peso de los descendientes. Destaca el caso de Madrid, donde sólo dos de cada diez registrados nacieron en España. Jóvenes participantes en el Congreso de Descendientes de Uruguay.
El futuro está asegurado. Los datos del PERE confirman que los emigrantes nacidos en España ya son minoría. De cada diez inscritos no llegan a cuatro -un 38 por cientolos que nacieron en su provincia de inscripción y son más de cinco -un 55,69 por cientolos que lo han hecho fuera de las fronteras del país. El resto nacieron en una provincia española, pero han optado por registrarse en otra.
Sólo en diez provincias españolas los nacidos en su tierra de origen superan a los que han visto la luz fuera de España. De hecho, donde el peso de la primera generación es mayor es en Extremadura, Aragón y Castilla-La Mancha. Tanto en Cáceres como en Badajoz los descendientes son menos que los emigrantes que abandonaron su tierra (12.075, en total; frente a 9.817). En Aragón, los hijos y nietos sólo superan a los padres en la provincia de Zaragoza (por 747 personas).
En Castilla-La Mancha, sólo en Guadalajara superan los descendientes a los miembros de la primera generación, por un mínimo margen de diez personas. En el resto de las provincias, todavía es mayor el peso de los que partieron que el de los que han nacido y crecido en el exterior.
La última de las autonomías donde es mayor el peso de los españoles de origen es en Murcia, donde los que partieron de España fueron 10.142 y sus descendientes son 8.832. Aunque la media de nacidos en España está en el 38 por ciento de los inscritos, las provincias gallegas se sitúan ligeramente por encima de ese margen. La provincia de A Coruña es la que cuenta con un mayor peso de gallegos en origen, un 41,9 por ciento frente al 55,4 por ciento nacido en el exterior. Le siguen Ourense, con un 41,3 y un 50 por ciento, respectivamente; Pontevedra, con un 39,3 y un 57,6 por ciento y Lugo, con un 37,3 y y un 60,85 por ciento. Los datos confirman que los descendientes se encuentran muy vinculados con la tierra de origen de sus padres.
Proporciones similares se encuentran en otras autonomías punto de partida tradicional de la diáspora, aunque en todas, el porcentaje de nacidos en el país es menor que en el caso gallego. Es la situación de Asturias, donde un 34,93 por ciento de los inscritos nacieron en el Principado, frente al 62 por ciento que lo hicieron fuera del país. En Canarias, la distancia entre la primera y la segunda generación es mayor. En Santa Cruz un 31,9 por ciento de los inscritos nacieron en la isla, frente a un 66,7 por ciento que no; en Las Palmas, las cifras son de un 30,4 y un 65,9 por ciento.
Espectacular es la distancia en Madrid. Sólo un 26,1 por ciento nacieron en la provincia, frente a un 64,9 en el exterior. Esta enorme diferencia puede estar en que muchos inscritos no guardaban relación con su tierra de origen y escogieron la capital del país para registrarse.
EL ORIGEN POR CONTINENTES
Hijos y nietos se concentran en América
Las cifras genéricas muestran que es mayor el número de descendientes que el de emigrantes nacidos en España. Sin embargo, un análisis más a fondo permite conocer que ésta no es la tónica general. De hecho, en todos los continentes es mayor el peso de los nacidos en España que el de los descendientes, salvo en América. La inmensa diferencia en este continente desequilibra la balanza. Un 62,9 por ciento de los inscritos en América son hijos y nietos de emigrantes. Son descendientes vinculados a la tierra de sus padres que no han podido regresar y han formado familia en su tierra de acogida. En Europa se produce un vuelco, y el 58,7 por ciento nacieron en territorio español. También es mucho mayor el número de los que salieron de España en Asia y África, países de nueva emigración y donde los inscritos están, en su mayoría, en el exterior vinculados a sus empresas y vuelven a España. En Oceanía es donde existe un mayor equilibrio entre originarios y descendientes.
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