No es unn dato menor, porque Krugman es considerado un hombre progresista y se llegó a decir que fue "El columnista más ácido y temido por la administración Bush".
Krugman pronunció una conferencia sobre la crisis financiera en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), donde fue presentado por el presidente de Unicaja, Braulio Medel, y tras reconocer que no es experto en política española "y sólo puedo ser una ayuda modesta", reconoció que debido a su pertenencia al euro "el camino que tiene España por delante es muy arduo y difícil", puesto que, a su juicio, "los salarios en España y los precios son insostenibles y no están alineados con su situación económica".
Tras augurar que en la UE "vamos a presenciar un proceso de deflación, algo que no sería la primera vez que ocurre pero que hará que la situación sea más dura", consideró que el camino de salida de la crisis para España "será doloroso o extremadamente doloroso", algo que dependerá del entorno europeo y de la política y la situación en la UE.
En ese sentido, consideró que España "necesitaría una deflación relativa del 15 por ciento", y auguró que si la UE crece entre un dos o tres por ciento "España pasará por una situación dolorosa de cinco a siete años", pero agregó que si la economía europea experimenta deflación "estaríamos hablando de reducir salarios y precios aún más por debajo de ese 15 por ciento", una situación que "no ha ocurrido en ningún país desde la Gran Depresión", por lo que España "tendrá una tarea enormemente difícil y complicada".
Por otro lado, Krugman consideró que la crisis actual "muestra claramente los problemas a los que se enfrenta la UE", y entre los frentes que los estados europeos deberán abordar se encuentra la política fiscal, ya que "se necesita una mayor coordinación y al carecer la UE de esa coordinación nos enfrentamos en Europa a problemas muy serios".
Asimismo, criticó la respuesta dada a la crisis, de forma que "la respuesta por parte de Estados Unidos es inadecuada, pero la respuesta de la UE es sólo un tercio de la que ha dado Estados Unidos". Agregó en ese sentido que en política monetaria "ha quedado patente que la política de la Reserva Federal es mucho más agresiva que la del Banco Central Europeo", una actitud en la que han influido en gran medida las personalidades de sus máximos responsables, Bernanke y Trichet.
Lamentó que la UE "es superpotencia económica pero no actúa como tal" frente al riesgo de deflación, mientras que consideró que el Gobierno estadounidense ""tiene más margen de maniobra para gastar mas, no es ilimitado pero en situación extrema podemos añadir un 30 por ciento de déficit en términos de PIB".
Consideró que el plan trazado por el presidente norteamericano, Barack Obama "es insuficiente pero da pie a tener mejores expectativas y mayores esperanzas", de forma que "este plan es mejor que ningún plan".
Krugman abogó por "un segundo 'New Deal' tanto en Estados Unidos como en la UE" y consideró que si los agentes sociales llegan a un acuerdo donde todos hagan "sacrificio" se puede ayudar a paliar la crisis y sería positivo, tras lo que recordó el acuerdo sobre el seguro médico alcanzado entre empleados y sindicatos en Estados Unidos, un acuerdo "meramente americano".
"Henos vivido un período de tiempo falso en el que hemos saltado de una burbuja a otra y al final nos hemos quedado sin burbuja"", aseveró.
Abandono del euro
Preguntado sobre la conveniencia de que España se salga de la unión monetaria para afrontar la crisis, Krugman reconoció que es posible que España "estuviera en mejor situación si jamás se hubiera unido al euro", pero consideró que la entrada al euro "es irreversible" y querer salir del euro aunque fuera de forma temporal "nos llevaría al caos".
En materia de regulación, consideró que el problema se centra en el "apalancamiento" de los intermediarios financieros, por lo que, a su juicio, es necesario que existan las correspondientes reservas de capital.
"Si se intenta regular detalladamente los bancos van a tener que contratar a suficientes abogados para eludir los controles", añadió Krugman, quien recordó que con la regulación se busca reducir el riesgo en los bancos "y eso influirá en evitar el apalancamiento financiero".
También se mostró a favor de la productividad, de manera que "si existe productividad, se puede conseguir un alto crecimiento productivo y se haría más fácil el ajuste".
Krugman intervino en este ciclo de conferencias sobre la crisis económica, inaugurado ayer por el ex presidente del Gobierno Felipe González y que se cerrará mañana con la intervención del ex presidente del Gobierno José María Aznar.
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