El periódico de la derecha radical que más esfuerzos dedica a tapar la corrupción del PP publicaba ayer un suelto alabando el comportamiento de Núñez Feijóo, quien al parecer ya ha rechazado la oferta de dos sastres dispuestos a regalarle trajes igual que a su colega Francisco Camps.
La ética del político gallego es ciertamente extraña, ya que rechaza trajes de cientos de euros, pero acepta gustoso un coche valorado en más de 40.000 euros. No merece la pena ensuciarse la manos por calderilla.
Pero el escándalo del gratis total de Alberto es mucho más que una cuestión de ética. Es verdad que hay que tener un rostro importante para montar una campaña electoral en torno al "Audi de Obama" cuando uno viaja por el morro en el "Citroën de Sarkozy".
Lo esencial, sin embargo, es la cuestión de la legalidad. Y la alternativa es muy simple: si el vehículo lo utilizó Feijóo para uso personal, ha defraudado a Hacienda por no declararlo como renta en especie, y si el automóvil lo ha recibido el PP gallego como donación, ha incumplido
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