«Todos los españoles son iguales, también a la hora de votar»

FRANCISCO RUIZ

Consejo general de la ciudadanía española en el exterior.

El máximo representante de la emigración reclama más garantías para su participación, en lugar de recorte de derechos.

Carlos Punzón 16/4/2010

El principio de acuerdo entre PP y PSOE para reformar el voto exterior y suprimir la participación de los emigrantes en los comicios locales y autonómicos ha revolucionado e indignado a la representación de la diáspora gallega y española en todo el mundo. El consenso existente en España para llevar a cabo dicho cambio se traduce en un rechazo unánime en el exterior, donde el máximo representante de la emigración clama por evitar que «con esta reforma haya españoles de primera y españoles de segunda», algo que Francisco Ruiz califica de inconstitucional.

-¿Le ha sorprendido el principio de acuerdo para limitar la participación de los residentes en el exterior?

-Me parece gravísimo que dos partidos políticos que no se ponen de acuerdo ni siquiera en aspectos realmente importantes para la ciudadanía coincidan en recortar los derechos de los españoles en el exterior en lugar de acordar medidas para aumentar la participación de los emigrantes en los procesos electorales y dotarlos de más seguridad, transparencia e igualdad.

-¿Sería legal, a su juicio, que se circunscriba la participación exterior solo para la elección de cuatro o cinco escaños en el Senado, quedando fuera del resto de los comicios?

-No puede ser legal recortar derechos recogidos en la Constitución y en el Estatuto de la Ciudadanía Española, que señalan claramente que todos los españoles son iguales ante la ley y que los residentes en el exterior tienen el derecho a ser electores y elegibles en las mismas condiciones que los residentes en el Estado.

-A pesar de esa igualdad y de sus reivindicaciones, los emigrantes no parecen tener mucho interés en participar cuando llega la cita con las urnas.

-No nos gusta que el porcentaje de participación sea tan bajo, pero eso no justifica cambiar nuestros derechos. Habría que aumentar las partidas para propiciar una mayor participación y vinculación de los residentes en el exterior con España. El Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior lleva mucho tiempo pidiendo que se dignifique nuestro voto, que se le dé fortaleza.

-¿No puede negar que el voto emigrante siempre estuvo rodeado de sospechas de fraude?

-Y el voto interior también. O a usted le parece normal que voten los muertos, o que se lleve a ancianos en autobús a los colegios electorales y que en el trayecto se les dé el voto en un sobre cerrado. Eso ocurre en España y no se recortan los derechos de los votantes.

-¿Aceptan que se extienda el voto rogado como el de las municipales al resto de los comicios para que los emigrantes tengan que solicitar poder votar en cada cita?

-Los españoles que residen en el exterior votan entre un 25 y un 30% en los comicios generales y autonómicos y entre un 5 y 6% en las municipales. Las complicaciones que acarrea el voto rogado desmovilizan el voto en el exterior, por lo que si se extiende ese método se rebajará la participación en lugar de conseguir implicarnos. Sería ridículo. No concibo además cómo puede haber políticos que quieren contar con menos votos.

-Pero, ¿le parece realmente lógico que personas que nunca han estado en su pueblo puedan condicionar la elección de un alcalde?

-Un español es español allí donde se encuentre, lo sea por nacimiento o por consecución de la nacionalidad. Me opongo a hacer distinciones entre un ciudadano y otro porque todos los españoles son iguales ante la ley, y por tanto también a la hora de votar. No se hace tampoco para aceptar las divisas que mandamos.

La Voz de Galicia